viernes, 16 de julio de 2010

Nuestra Señora del Carmen



He aquí algunas oraciones a la Reina y Madre de Chile.

I. GOZOS A LA VIRGEN DEL CARMEN

Se acostumbraba a rezar en Chile, desde antes de 1837, sobre todo los días Miércoles.

Pues la eterna Majestad,
Nos dio en Vos tanto consuelo,
Virgen Santa del Carmelo
Válganos vuestra piedad

Dios os salve, gran Señora,
A quien el cielo y la tierra
Por su gran reina venera,
Y reverencia, y adora;
Pues vuestro poder implora
De reina, nuestra humildad.
Virgen Santa del Carmelo
Válganos vuestra piedad

Dios os salve, Virgen Madre,
Tan tierna y tan amorosa,
Que siempre os ven cariñosa
Los hijos del primer padre;
Y pues vuestro pecho abre
Los tesoros de bondad.
Virgen Santa del Carmelo, etc.
Eva y Adán, delincuentes
Se hicieron por el pecado,
Y como herencia han dejado
La muerte a sus descendientes;
Pero vos de los vivientes
Sois vida con propiedad.
Virgen Santa del Carmelo, etc.
Sois del alma la dulzura
Que la embelesa y encanta,
Y sus potencias levanta
A admirar vuestra hermosura;
Para que nuestra amargura
Temple vuestra suavidad.
Virgen Santa del Carmelo, etc.
Vos sois la Ester toda hermosa,
De vuestro pueblo esperanza
Que a librar por Vos alcanza
De la muerte rigurosa;
Y pues sois tan poderosa
Con la Augusta Majestad.
Virgen Santa del Carmelo, etc.
Los hijos de Eva ocurrimos
Y en vuestro amparo esperamos,
En el destierro en que estamos,
Esa patria que perdimos
Que nos alcancéis pedimos
Nuestra amada libertad.
Virgen Santa del Carmelo, etc.
A Vos Madre, suspiramos,
Con gemidos y sollozos,
Porque no puede haber gozos
En el valle en que lloramos;
Y pues por vos esperamos
Consuelo en nuestra orfandad.
Virgen Santa del Carmelo, etc.
Ea, pues, Madre piadosa,
Que vuestros ojos divinos,
De estos pobres peregrinos
Sean luz clara y hermosa;
Y pues es tan tenebrosa
Del mundo la obscuridad.
Virgen Santa del Carmelo, etc.
Templad con vuestra clemencia
De Jesús la indignación,
Y haced que sin confusión
Lleguemos a su presencia;
Para que nuestra sentencia
Salga con felicidad.
Virgen Santa del Carmelo, etc.
¡Oh Protectora divina!,
¡Oh consuelo celestial!,
¡Oh refugio universal!,
¡Oh belleza peregrina!,
Pues del alma medicina
Sois en toda enfermedad.
Virgen Santa del Carmelo, etc.

V.- Ruega por nosotros Madre de Dios del Carmelo
R.- Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

II. TRIDUO A LA VIRGEN DEL CARMEN

Por la señal de la Santa Cruz….

Acto de contrición

Me arrepiento, Dios mío, y me pesa de todo corazón de haberos ofendido, por ser Vos Bondad infinita y porque os amo sobre todas las cosas. Propongo firmemente con vuestra santa gracia no pecar más en adelante, y en particular evitar las ocasiones próximas de pecado.

Oración preparatoria

¡Oh Virgen María, Madre de los pecadores, especial protectora de los que visten tu sagrado Escapulario! Te suplico por lo que su majestad te ha engrandecido, escogiéndote para verdadera Madre suya, me alcances de tu querido Hijo Jesús el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y lo que en esta Novena(o Triduo..es la misma oración preparatoria)especialmente te pido si conviene para su mayor honra y gloria y bien de mi alma; que yo Señora, para conseguirlo me valgo de tu intercesión poderosa y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos, para alabarle dignamente, y uniendo con sus afectos mis voces, te saludo una y mil veces diciendo: “Dios te salve María, llena eres, etc.…..”

Oración final

¡Oh Dios, que has honrado a la Orden del Carmen con el señalado título de la Beatísima siempre Virgen y Madre tuya, concédenos benigno, que ayudados por los auxilios de aquella cuya solemne conmemoración celebramos lleguemos a conseguir los sempiternos goces del Cielo. Amén.

Día Primero

Por la señal...

Acto de contrición

Oración preparatoria


¡Oh, Virgen del Carmen, María Santísima, que como Madre de amor y de misericordia nos trajiste del Cielo una prenda segura de salvación en tu santo Escapulario en el que nos prometiste una alianza materna, un escudo poderoso, una señal de tu cariño de Madre!

Ruégote, Señora, sepa yo agradecer tanta fineza de tu maternal corazón y aprovecharme de tantas gracias como por su medio se me comunican, y al presente consiga lo que en este Triduo por tu intercesión pido al Señor, que así, Señora, te lo suplico humildemente diciendo: “Dios te salve, Reina y Madre, etc.…..”

Pídase la gracia…

Oración final


Día Segundo

Como el día Primero:

Por la señal…

Acto de contrición

Oración preparatoria


¡Oh Virgen del Carmen, María Santísima, que nos has prometido asistirnos en la hora de la muerte viéndonos revestidos con esa librea tan hermosa de tu santo Escapulario, y en aquel momento decisivo para nosotros velar nuestro último suspiro para que entreguemos nuestra alma en mano de tu bendito Hijo!
Ruégote, Señora, me acredito yo de verdadero hijo tuyo para que sea digno de que en la hora postrera me mires con cariño de Madre, y al presente consiga lo que en este Triduo por tu intercesión pido al Señor, que así, Señora, te lo suplico humildemente diciendo: “Dios te salve, Reina y Madre, etc.…..”

Pídase la gracia…

Oración final


Día Tercero

Como los días anteriores:

Por la señal…

Acto de contrición

Oración preparatoria


¡Oh Virgen del Carmen, María Santísima, que no contenta con ayudarnos en vida y en muerte nos has prometido asistirnos en el Purgatorio donde bajarás, cual Madre cariñosa, a aliviarnos en aquellos tormentos y sacarnos cuanto antes de tan voraces y terribles llamas!

Ruégote, Señora, lleve yo con devoción, éste tu santo y bendito Escapulario, cumpla con las obligaciones que me impone para salir cuanto antes del Purgatorio, y al presente consiga lo que en éste Triduo por tu intercesión pido al Señor, que así, Señora, te lo suplico humildemente diciendo: “Dios te salve, Reina y Madre, etc.…..”

Pídase la gracia…

Oración final


III. VISITA SABATINA

ORACIÓN PREPARATORIA

¡Oh, Virgen del Carmen, Reina Gloriosa de cielos y tierras!, Vengo a honrarte en este día escogido por Ti para demostrar tu gloria, tu poder y tu misericordia. Acordándote de tus queridos cofrades, por tu Santo y bendito Escapulario les has prometido ayuda en la vida, amparo en la muerte y socorro en el Santo Purgatorio. Míranos con cariño, amorosa Madre, y mira también misericordiosamente a las almas que en el Purgatorio se encuentran y acepta esta, mi felicitación y visita sabatina, como homenaje de mi amor y cariño y para alivio de las almas que sufren para que todos juntos te alabemos algún día feliz en el cielo. Amén.

ASPIRACIONES

• Virgen del Carmen, te felicito por tu gloria y te encomiendo mis propias necesidades. Ave María...
• Virgen del Carmen, te felicito por tu gloria y te encomiendo las necesidades de mi familia. Ave María...
• Virgen del Carmen, te felicito por tu gloria y te encomiendo las necesidades de mis parientes. Ave María...
• Virgen del Carmen, te felicito por tu gloria y te encomiendo las necesidades de mis amigos. Ave María...
• Virgen del Carmen, te felicito por tu gloria y te encomiendo las necesidades de la Iglesia. Ave María....
• Virgen del Carmen, te felicito por tu gloria y te encomiendo las necesidades de la nación. Ave María...
• Virgen del Carmen, te felicito por tu gloria y te encomiendo las necesidades de las almas del Purgatorio. Ave María....

ORACIÓN DE SAN SIMON STOCK

Flor fragante del Carmelo
Y florida flor sagrada.
Esplendor claro del cielo,
Singular Virgen intacta,
Madre de misericordia
Y de varón preservada.
Que das a los Carmelitas:
Mil privilegios y gracias.
Fulgente estrella del mar,
Pues tu favor merecemos,
Sé tú el norte en que logremos
Al puerto eterno llegar.

ORACIÓN FINAL

Gracias mil, Madre querida, por todos los favores que de tu bondadosa mano he recibido particularmente el de haberme escogido, por tu Santo Escapulario, para verdadero hijo tuyo. Yo quiero alabarte siempre, y es mi deseo que mi lengua cante tus bondades sin cesar y mi corazón te ame y te quiera como a la mejor y más cariñosa de las Madres. Me regocijo por tu inmensa gloria que en el cielo gozas, del poder que sobre todo lo creado tienes, de las virtudes soberanas que tu alma adornan. Sírvete, Madre mía, de esa gloria, de ese poder y de esas virtudes para ampararme en vida y en muerte, para cubrir de mi pobreza y desnudez, para librarme de tantos y tan fieros enemigos como me rodean, para salvarme y ser feliz en el cielo por toda la eternidad. Amén.

IV. LOS DOCE SÁBADOS

Consiste esta devoción en honrar durante doce sábados seguidos a la Santísima Virgen del Carmen: si fuera posible, se ha de terminar el sábado anterior a su festividad (16 de Julio) aunque es devoción que igualmente se puede hacer en otros sábados del año. Por la mañana, si se puede, se ha de comulgar e ir a Misa, en obsequio de la Virgen, y por la tarde visitar a la Santísima Virgen en su Iglesia. Las oraciones que se han de rezar, son las mismas de la Visita Sabatina (oración inicial y final), fuera de la propia de cada uno de los doce sábados que se insertan a continuación.

ORACIÓN PREPARATORIA: Igual a la de la visita sabatina.

ASPIRACIONES: Igual a las de la visita sabatina.

ORACIÓN FINAL: Igual...

Sábado Primero

Por la señal…
Acto de contrición
Oración preparatoria


¡Oh Virgen Inmaculada, Reina y hermosura del Carmelo! Fuiste figurada en la graciosa nubecilla que el profeta Elías vio subir del mar mediterráneo y que, ensanchándose, esparció su lluvia benéfica sobre los agostados campos de Palestina. El profeta de Dios, postrado en tierra, adoró tu pureza inmaculada, tu grandeza y majestad, e ideó la creación de una Orden que perpetuara el amor y cariño más acendrado hacia Ti Madre querida, derrama en mi alma, cual benéfica lluvia, todas las gracias que necesite para amar a Dios, y dame una confianza ilimitada en tu cariño y en tu amor para servirte en esta vida, y después alabar a Dios y a Ti en el Cielo por toda una eternidad. Amén.

Pídase la gracia…
Aspiraciones y oración final


Sábado Segundo

¡Oh Virgen Inmaculada, Reina y hermosura del Carmelo! La amable visión tuya en la nubecilla fue para el profeta Elías el principio de tu culto, creando la Orden que siempre había de acreditarse en tu amor y veneración. ¡Cómo suspiraban por tu llegada los moradores del Carmelo! Deseaban que apareciera la aurora precursora feliz del verdadero Sol de justicia, Cristo Jesús; pedían incesantemente al Señor se dignara enviar por tu medio al Redentor de los hombres, para así redimir a los pobres mortales. Madre querida, concédeme un aprecio grande a la Sangre de Jesús derramada para mi salvación, y dame una confianza limitada en tu cariño y en tu amor para servirte en esta vida y después alabar a Dios y a Ti en el Cielo por toda una eternidad. Amén.

Sábado Tercero

¡Oh Virgen Inmaculada, Reina y hermosura del Carmelo! En tu glorioso paso por la tierra visitabas frecuentemente en el Carmelo florido a tus queridos hijos, instruyéndolos en las verdades relativas a la humana redención. ¡Con qué gozo te escuchában los habitantes de tu santa montaña! ¡Cuán larga se les hacía el término de visita a visita, y cuán cortos los ratos que a tu lado pasaban! Madre querida, infunde en mi corazón un agradecimiento grandísimo para contigo, y dame una confianza ilimitada en tu cariño y en tu amor para servirte en esta vida y después alabar a Dios y a Ti en el Cielo por toda una Eternidad. Amén.

Sábado Cuarto

¡Oh Virgen Inmaculada, Reina y hermosura del Carmelo! Tu sagrada Orden Carmelitana ha sido siempre por excelencia la Orden de María. La horrible persecución sarracena esparció por el mundo, particularmente por Europa a los religiosos del monte Carmelo y de Palestina, quienes acrecentaron y aumentaron tu amor y devoción. Madre querida, concédeme sea yo apóstol de tu devoción en cuantas ocasiones pudiere, y dame una confianza ilimitada en tu cariño y en tu amor para servirte en esta vida y después alabar a Dios y a Ti en el Cielo por toda una Eternidad. Amén.

Sábado Quinto

¡Oh Virgen Inmaculada, Reina y hermosura del Carmelo! Viendo en trance tan peligroso a tu querida Orden, bajaste desde el Cielo, llena de gloria y majestad, para entregar a tu fiel hijo San Simón Stock el santo y bendito Escapulario, como señal de tu amor, de tu especial predilección para los Carmelitas y para todos aquellos que con devoción lo visten. Madre querida, otórgame que lleve con veneración, esa, tu prenda cariñosa y dame una confianza ilimitada en tu cariño y en tu amor para servirte en esta vida y después alabar a Dios y a Ti en el Cielo por toda una Eternidad. Amén.

Sábado Sexto

¡Oh Virgen Inmaculada, Reina y hermosura del Carmelo! ¡Cuán grande es tu cariño, Madre amorosa, para tus queridos cofrades! Te apareces al Papa Juan XXIII y le prometes asistencia en el Purgatorio a las almas de tus cofrades y llevarlos cuanto antes al Cielo, demostrando así lo que vale tu poder y lo que es la ternura de tu pecho maternal. Madre querida, haz que siempre confíe en esa tu promesa libertadora de las atroces llamas de la cárcel del Purgatorio, y dame una confianza ilimitada en tu cariño y en tu amor para servirte en esta vida y después alabar a Dios y a Ti en el Cielo por toda una Eternidad. Amén.

Sábado Séptimo

¡Oh Virgen Inmaculada, Reina y hermosura del Carmelo! Los milagros que se han obrado por tu santo Escapulario son tantos y tan ruidosos que claramente proclaman tu manifiesto poder, y merecidamente le otorgan el dictado de milagroso que ya universalmente goza; apenas existirá creyente alguno que no broquele su alma y su pecho con ese escudo de tu protección maternal. Madre querida, concédeme lo lleve siempre con veneración profunda, y dame una confianza ilimitada en tu cariño y en tu amor para servirte en esta vida y después alabar a Dios y a Ti en el Cielo por toda una Eternidad. Amén.

Sábado Octavo

¡Oh Virgen Inmaculada, Reina y hermosura del Carmelo! Tu santo y bendito Escapulario es amparo seguro en todas las amarguras y tristezas de la vida; solamente el contemplarlo infunde ánimo y valor, seguros de tu protección, para luchar contra los enemigos que nos rodean. Madre querida, otórgame un aprecio grandísimo a esa prenda de tu amor especial , difundiendo su devoción en cuantas ocasiones se me ofrecieron, y dame una confianza ilimitada en tu cariño y en tu amor para servirte en esta vida y después alabar a Dios y a Ti en el Cielo por toda una Eternidad. Amén.

Sábado Noveno

¡Oh Virgen Inmaculada, Reina y hermosura del Carmelo! ¡Qué ayuda más poderosa tenemos en tu santo Escapulario para la hora de la muerte! En aquel momento supremo y decisivo para nosotros, besaremos tu bendita librea, seguros de sentirte junto a nosotros para recoger nuestro último suspiro. Madre querida, no te olvides de mi ahora, pero mucho más en la hora de mi muerte, que nada he de temer con tu consoladora presencia, y dame una confianza ilimitada en tu cariño y en tu amor para servirte en esta vida y después alabar a Dios y a Ti en el Cielo por toda una Eternidad. Amén.

Sábado Décimo

¡Oh Virgen Inmaculada, Reina y hermosura del Carmelo! Como en vida y en muerte es ayuda poderosa tu bendito Escapulario, igualmente lo es en las llamas voraces del santo Purgatorio, ¡Qué motivo de esperanza es para las benditas almas que sufren el verse adornadas con tu preciosa insignia! Están seguras de sentir tu protección maternal. Madre querida, acuérdate de las almas que tanto sufren en aquella terrible cárcel, y dame una confianza ilimitada en tu cariño y en tu amor para servirte en esta vida y después alabar a Dios y a Ti en el Cielo por toda una Eternidad. Amén.

Sábado Undécimo

¡Oh Virgen Inmaculada, Reina y hermosura del Carmelo! Todo el mundo aclama tu poder y tu misericordia; todos estamos muy reconocidos a lo muchísimo que nos quieres, a lo muchísimo que por nosotros te interesas, sobre todo, cuando pensamos en este beneficio tan grande de regalarnos la preciosa librea de tu santo Escapulario y con él, la señal cierta de tu maternal cariño, no podemos menos que quedar muy agradecidos a aclamarte con nuestra Madre la Iglesia: “Dios te salve, Reina y Madre de misericordia”. Madre querida, infunde en mi corazón un vivo reconocimiento a tu bondad, y dame una confianza ilimitada en tu cariño y en tu amor para servirte en esta vida y después alabar a Dios y a Ti en el Cielo por toda una Eternidad. Amén.

Sábado Duodécimo


¡Oh Virgen Inmaculada, Reina y hermosura del Carmelo! ¡Qué dicha la nuestra cuando en el Cielo nos veamos eternamente dichosos gracias a tu maternal bondad! ¡Cómo bendeciremos el nombre santo de Dios por las gracias que puso en tus manos para salvarnos y cómo también te bendeciremos a Ti por este tu bendito Escapulario que nos dio la seguridad de podernos salvar! Madre querida, otórgame un deseo grandísimo de mi salvación, y dame una confianza ilimitada en tu cariño y en tu amor para servirte en esta vida y después alabar a Dios y a Ti en el Cielo por toda una Eternidad. Amén.

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Las oraciones fueron extraídas del libro "DEVOCIÓN a la VIRGEN DEL CARMEN" por el R.P. Gil del Sagrado Corazón de Jesús, Carmelita Descalzo. Quinta edición, Santiago de Chile, Escuela Tip. La Gratitud Nacional. (1937).

Agradecimiento especial a la Srta. Sibylle Hecker, quien me ha dado a conocer esta información.

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