miércoles, 25 de agosto de 2010

Catequesis de la Familia: la Familia, Iglesia Doméstica

Un templo: la casa

Dijo el Venerable Pío XII, papa:

"En todo caso, poned cuidado exquisito, especialmente vosotras, jóvenes esposas, en hacer amable, íntima, la morada propia; en hacer reinar en ella la paz, en la armonía de dos corazones lealmente fieles a sus promesas, y después, si Dios quiere, en una alegre y gloriosa corona de hijos. Ya hace mucho tiempo que Salomón, desengañado y convencido de la vanidad de las riquezas te-rrenas, había dicho: “Más vale un mendrugo de pan seco con paz, que una casa llena de carne, con discordia”.

Pero no olvidéis que todos los esfuerzos serán vanos y que no encontraréis la felicidad de vuestro hogar, si Dios no edifica la casa con vosotros, para vivir allí con su gracia. También voso-tros debéis hacer, por decirlo así, la dedicación de esta “basílica”, esto es, debéis consagrar a Dios, bajo la invocación de la Virgen Santísima, y de vuestros santos patronos, vuestro pequeño templo familiar, donde el mutuo amor debe ser el rey pacífico, en la observancia fiel de los preceptos divi-nos." (15 de noviembre de 1.939, "TODA CASA ES UN TEMPLO")

Una distinción de roles

Así como en la Iglesia tenemos a la jerarquía-el Papa, los Obispos, los sacerdotes, y los diáconos- y un pueblo, en donde hay distintos roles, la familia también los posee:

-una cabeza: el esposo y padre:

"Las mujeres deben respetar a su marido como al Señor, porque el varón es la cabeza de la mujer, como Cristo es la Cabeza y el Salvador de la Iglesia, que es su Cuerpo." (Epístola de San Pablo a los Efesios Cap. 5, vs 22-23)


"Hijos, escúchenme a mí, que soy su padre; hagan lo que les digo, y así se salvarán." (Eclesiástico Cap. 3, vs 1)

-un corazón: la esposa y madre:

"Maridos, amen a su esposa, como Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella" (Epístola de San Pablo a los Efesios Cap. 5, vs 25)

"(y) el que respeta a su madre es como quien acumula un tesoro" (Eclesiástico Cap. 3, vs 4)

-un cuerpo: los hijos

Los hijos están bajo el padre (que es cabeza), y dependen de la madre (que es corazón), los cuales deben obedecer, respetar, y amar a sus padres, por ser los puestos por el Señor para darles la vida. Dice el 4to Mandamiento: "Honrar al padre y a la madre", y dice la Escritura: "Porque el Señor quiere que el padre sea respetado por sus hijos y confirmó el derecho de la madre sobre ellos." (Eclesiástico Cap. 3, vs 2)

Estos, además, respetando el mandamiento de la caridad fraterna, y el don admirable de la familia, deben amarse, respetarse y ser unidos entre sí.

-otros entes, que ayudan a la familia: los parientes, sobre todo, los abuelos, tíos y primos.

-y el más importante: Dios, por ser la fuente del amor, que es lo que mueve a la familia, por ser el que permite que la ésta sea fecunda, y es quien le otorga todas las gracias.

Familia orante, como la Iglesia:

La familia que ora unida, permanece unida, y tal como la Iglesia tiene la Sagrada Liturgia, así en la familia se ve un constante culto, como la recitación del Benedicite antes de comer y la acción de gracias, las novenas, la bendición de los padres a los hijos, la asistencia a la Santa Misa de todos los miembros, y tantas otras prácticas, que hacen que la familia no sólo esté unida por Dios, sino que esté unida a Dios, y fortalecida por Él: ¿qué mejor que esto?

Familia misionera, como la Iglesia:

" Acercándose, Jesús les dijo: «Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo»." (Mateo Cap. 28, vs 18-20)

Jesús envía a su Iglesia a anunciar la buena nueva, y a hacer discípulos, lo que también sucede en la familia:

-cuando vemos a los padres enseñando la fe a sus hijos:

"Los esposos verdaderamente cristianos, viven, quieren vivir y sienten deber de vivir especialmente para el bien de sus hijos, sabiendo siempre que su bienestar personal dependerá finalmente de sus hijos.

Ahora bien, queridos recién casados, la felicidad de vuestros hijos está, al menos en parte, en vuestras manos, pues está en relación estrecha con la educación que deis a vuestros hijos desde los albores de su vida, dentro de las paredes domésticas." (Venerable Pío XII, papa: "LA MISIÓN EDUCADORA", 21 de junio de 1.939)

-además, vemos un continuo aprendizaje mutuo entre padres, hijos, hermanos, y esposos, por medio del ejemplo y de la corrección fraterna. Es lógico que un padre aprenda cosas de sus hijos, cuando se equivoca con elos, y estos se lo hacen ver, o cuando un esposo comete un error, y el otro se lo hace ver.
DEO OMNIS GLORIA!

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