viernes, 19 de marzo de 2010

Miradme, ¡oh mi amado y buen Jesús!

Ofrezco la siguiente oración, que cuenta con indulgencia parcial para el fiel cristiano que la rece piadosamente en Misa después de la comunión; y con indulgencia plenaria para el fiel cristiano que la rece piadosamente en cualquier viernes del tiempo cuaresmal, después de la comunión, ante la imagen de Jesucristo Crucificado.

En ego, o bone et dulcissime Iesu, ante conspectum tuum genibus me provolvo, ac maximo animi ardore te oro atque obtestor, ut meum in cor vividos fidei, spei et caritatis sensus, atque veram peccatorum meorum paenitentiam, eaque emendandi firmissimam voluntatem velis imprimere; dum magno animi affectu et dolore tua quinque vulnera mecum ipse considero ac mente contemplor, illud prae oculis habens, quod iam in ore ponebat tuo1 David propheta de te, o bone Iesu: Foderunt manus meas et pedes meos: dinumeraverunt omnia ossa mea. Amen.

Traducción

Miradme, ¡oh mi amado y buen Jesús!, postrado ante vuestra Santísima presencia; os ruego con el mayor fervor y compasión de que soy capaz imprimáis en mi corazón vivos sentimientos de fe, esperanza y caridad. Verdadero dolor de mis pecados, propósito firmísimo de jamás ofenderos.

Mientras que yo, con todo el amor de que soy capaz voy considerando vuestra cinco llagas, comenzando por aquello que dijo de Vos, oh buen Jesús, el santo profeta David: ¡«Han taladrado mis manos y mis pies y se pueden contar todos mis huesos.»

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