viernes, 13 de agosto de 2010

Meditación con motivo de la Asunción de la Ssma. Virgen María (el Tránsito)


Apoc. 12, 1

Signum magnum apparuit in caelo: mulier amicta sole, et luna sub pedibus eius, et in capite eius corona stellarum duodecim.

Ps. 97, 1 Cantate Domino canticum novum: quia mirabilia fecit.

V. Gloria Patri.


San Juan nos habla de un signo maravilloso: la Mujer vestida de sol, es decir, llena de luz, llena de Cristo, llena de gracia, llena de virtud. Recordemos que Cristo se reconoce a sí mismo como la luz del mundo, y nosotros estamos llamados a ser portadores de esa luz. Si te cuesta serlo, ahí tienes a María Santísima, portadora por excelencia del "Sol que nace de lo alto" (San Lucas 1, 78), que te ayuda a llevar esa luz a los hermanos, como lo hizo a Santa Isabel, a quien le proclamó las maravillas del Señor.

Esta misma Mujer, lleva la Luna bajo sus pies, es decir, fue elevada muy alto: sobre la Creación. Si quieres alcanzar la grandeza, hazte el más pequeño de todos, como lo hizo la Santísima Virgen, quien se reconoció como la humilde esclava del Señor (San Lucas 1, 38), y fue favorecida por Él. Por eso: "Hazte pequeño en las grandezas humanas y alcanzarás el favor de Dios, que revela sus secretos a los humildes" (Eclesiástico 3, 17). Si quieres ser un buen líder, entrégate como María al Señor.

Ella lleva la Corona con doce estrellas, como la Reina de los Apóstoles y de la Iglesia, símbolo de su unidad, que tanto que hay que buscar. Ella fue "coronada como Reina y Madre de todo lo creado" (5to Misterio de Gloria del Santo Rosario), por eso, compartiendo todos una misma Reina y Madre, debemos ser caritativos y fraternos entre nosotros, según la voluntad de Cristo. Debemos luchar para que nuestras coronas sean todas para Nuestro Señor, como María, que todas sus potencias son para Él, y para su Reino.

"Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas" (Salmo 97, 1) en su humilde esclava, y en todos sus hijos. Nuestro Señor nos permite estar en su presencia, y nos abre las puertas del Cielo sin ningún mérito: es Él quien nos ha adoptado como hijos suyos y nos ha preparado una habitación para cada uno en su Morada.

El salmo nos habla de la cercanía de la Reina con el Señor: María, que lo llevó en su vientre, en su corazón, y estuvo a su lado durante 30 años, y en la prueba final de la Cruz estuvo a sus pies, nos invita a estar cerca de su Hijo, para poderlo contemplar cara a cara: Ella en el Cielo ahora, muy cerca de Él, intercede por nosotros, y alaba a Dios.

Alleluia, alleluia.

V. Assumpta est Maria in caelum: gaudet exercitus Angelorum.

Alleluia.


DEO OMNIS GLORIA!

Lo que está en negrita son el Introito y el Aleluya-Gradual de la Asunción de la Santísima Virgen María, según la Forma Tradicional del Rito Romano.

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